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¿Por qué no hablamos del micro ahorro?

Ana María Montoya Economista, Red ProCompetencia

Por: Ana María Montoya | Publicado: Viernes 12 de agosto de 2022 a las 04:00 hrs.
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Ana María Montoya

Hoy estamos en un escenario coyuntural que no vivíamos desde hace más de una década. Enfrentamos una tasa de política monetaria de 9%, con lo cual el Banco Central intenta controlar la inflación sobre el 10% a junio 2022, y así transmitir en la economía la necesidad de reducir el nivel de consumo, proveniente principalmente de las medidas de estímulo fiscal y de los retiros de los fondos de pensiones.

Sin embargo, es poco lo que escuchamos en estos tiempos -más allá de que las altas tasas de interés contraen el endeudamiento de los hogares y firmas-, en cuanto a que con este nivel de tasas puede promoverse un mayor incentivo al ahorro de las personas. Según estadísticas del Banco Mundial, para que Chile alcance los niveles de ahorro observados en países desarrollados, el país tendría que duplicar la proporción de individuos que mantiene ahorros en una institución financiera, desde el actual 40% a un 80%.

“La tecnología puede fomentar el micro ahorro de los hogares. La pregunta es por qué no estamos aprovechando el escenario turbulento actual para hacer justamente eso”.

El ahorro es importante. Y tiene distintos objetivos. A corto plazo, permite enfrentar gastos inesperados y suavizar el consumo para mantener el bienestar en el tiempo; y como objetivo de largo plazo, permite acceder a la compra de una vivienda y recursos para la vejez.

En el contexto actual, el acceso a productos financieros digitales (tarjetas de prepagos y cuentas digitales) hace que desde el punto de vista de la demanda sea más accesible para los chilenos contratar productos de ahorro digitales, pero, a su vez, la oferta tecnológica existente facilita la administración y gestión de finanzas personales, aumentando la competencia y disminuyendo los costos por parte de los oferentes de productos de ahorro.

Ciertas señales ha dado el BC, al modernizar la regulación sobre cuentas de ahorro a plazo para que puedan desarrollar modelos digitales. Sin embargo, al analizar el mercado vemos que la oferta de este tipo de productos es escasa o muy incipiente.

Los productos digitales pueden proporcionar herramientas innovadoras para que los clientes se sientan seguros y en control de sus finanzas, al hacer que el proceso de ahorro sea lo más simple posible. Existen ejemplos destacables de micro ahorro, como es el caso del banco móvil N26 en España, donde los clientes del banco digital pueden aproximar automáticamente al euro más cercano, transfiriendo el cambio para potenciar el ahorro regular. Asimismo, existen herramientas que permiten al cliente redirigir el porcentaje o la cantidad que desee de todas las transferencias entrantes y, así, ahorrar cada vez que cobra su sueldo o recibe dinero en su cuenta, simplificando aún más la gestión de las finanzas personales.

Estos son algunos de los ejemplos de cómo la tecnología puede fomentar el micro ahorro de los hogares. La pregunta es por qué, en el contexto actual, no estamos aprovechando el escenario turbulento en el que no encontramos, no sólo para enfatizar lo restrictivo que es el consumo presente y lo afectados que estamos por los retiros de los fondos de pensiones. Por el contrario, es esencial fomentar la cultura del ahorro por parte de los trabajadores, lo que genera un bienestar significativo en los consumidores.

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